El color de la piel ha sido siempre algo especial para mí, desde niño que dibujaba cómics.
Recuerdo haber buscado en varias tiendas que visitaba junto a mi familia, el rotulador perfecto para pintar la piel de mis personajes de manera realista y precisa. Me obsesionaba con conseguir el tono perfecto para la piel y a veces me sentía frustrado, cuando no podía encontrar la herramienta adecuada. Pero a pesar de todas esas dificultades, seguí persiguiendo mi pasión por el dibujo y el diseño gráfico.
Ahora, que uso programas digitales, al elegir el color piel como corporativo para mi empresa, siento que estoy rindiendo homenaje a esa pasión y a todo el trabajo duro que he puesto en ella a lo largo de los años.
Para mí, el color piel es más que un simple color. Es un recordatorio de mi pasión por el arte y de mi dedicación a hacer las cosas bien. Es una elección que refleja mis valores, mi compromiso y espero que pueda transmitir esa sensación de calidez y confianza a mis clientes y seguidores.